CARISMA EN SAN JOSÉ DE CLUNY: HUMANIZAR LA HUMANIDAD
Evangelizar – Educar – Cuidar/sanar – Dar vida.
Como Jesús, estamos hechas para testimoniar la luz de Dios y como Ana María Javouhey cuya acción se concretiza en devolver al ser humano su dignidad de hijo de Dios.
EL CORAZÓN DEL CARISMA: LA ESPIRITUALIDAD JAVOUHEYNA
Vivir intensamente la paternidad de Dios, padre amoroso y educador.
Guiadas por el Espíritu Santo, hacer la Voluntad de Dios,
como Jesús el Hijo obediente, enviado por el Padre, para salvar a la humanidad.
El carisma de la congregación nace en el momento de una experiencia mística.
En la espiritualidad legada por Ana María Javouhey, hay dos momentos:
– Descubrir el sentido de la prioridad seductora: ser HIJA. Dios es nuestro Padre, tenemos que dejarnos seducir por El y vivir intensamente la paternidad de Dios como un patrimonio.
– La respuesta: cumplir la Voluntad de Dios, es decir el anuncio del Reino.
En el corazón de nuestra espiritualidad, y tal como la vivió Ana María Javouhey, Hija amada del Padre, Discípula de Jesús, Fiel al Espíritu, la presencia de María y José es apoyo real:
“Lo mismo que san José es el padre, María es la madre general, y es a estas dos eminentes protecciones que debemos confiarnos”